Cuida a tu hijo con la verdad de la Palabra de Dios.
Esta historia sencilla y bellamente ilustrada ayuda a niños de dos a ocho años a entender por qué sus cuerpos son importantes y a distinguir entre el contacto físico apropiado y el inapropiado. “Dios hizo cada parte de mí” abre con delicadeza una conversación que cada familia necesita tener.
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