La misma idea de la feminidad está siendo atacada en todos los frentes: sexualizada por nuestra cultura, eliminada del lenguaje y silenciada por la iglesia. Durante décadas, ambos sexos han sido sistemáticamente socavados y despojados de su fuerza. Hombre y mujer fueron creados originalmente como una unión poderosa, pero eso se convirtió en una lucha de poder. Durante años, las mujeres escucharon la mentira de que, para ser poderosas, debían actuar como los hombres. Ahora las cosas han cambiado, con hombres actuando como mujeres.
Este ataque es más que cultural, es espiritual. Apocalipsis 12:17 retrata a un dragón enfurecido con las mujeres, que ha declarado la guerra a nuestros hijos. Nuestro enemigo, aterrorizado por lo que fuimos hechos para reflejar (y a imagen de quien), busca difuminar las líneas, distorsionando la misma idea de lo que significa que las mujeres porten la imagen divina de Dios.
Fuimos creadas para esta lucha. Se requerirán conversaciones honestas e íntimas para surgir con respuestas inspiradas por Dios que estén a la altura de los desafíos de nuestro tiempo. Nuestros matrimonios, hijos, iglesias, comunidades y futuros dependen de ello. Es hora de unirnos, confiadas en nuestra identidad divina, claras en nuestra misión y valientes en nuestro llamado, para confrontar la oscuridad con amor y luz. ¡Es hora de luchar por la mujer!
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